Yo hoguera

Yo no soy de combustión fácil, que va. En mi vida prefiero hacerme el bonzo diariamente para no dejar rastro de mí. Ni de mi.
  Ahora claro, no vayáis a gritar aquello de "a la hoguera con él"  no creo que sea necesario, sabéis por qué? Porque yo ya vivo en mi propia hoguera, en esta ardo yo, y no os preocupéis, no ha motivo, estoy bien, ardo a gusto, de echo suelo quemar en ella todo aquello que quiero, lo que me hace feliz, no vaya a ser que me acostumbre. 
 Nunca doy pie a que me digan lo que tengo que quemar, en ese sentido sí que no claudico, arderá lo que yo quiera, pues empezamos bien esto del quemar, si tengo que sucumbir a los caprichos de los demás, donde todos me insinúan que debería de arrojar a las llamas todo mi pasado, mis recuerdos, esos viejos recuerdos que tendrían que arder por la noche de San Dios sabe que, para así poder purificar mi alma. La verdad, es que en mi caso, viejos sí, pero ninguno es susceptible de ser quemado, entre otras cosas porque representan lo que ya no soy... ya no soy humor en la cama eterno, ya no soy piloto de una pompa dentro de una caja-Tren, ya no soy el amor imperfecto, ya no soy el que guarda el pastillero esperando su pubertad... ya no soy propietario de una pieza de un puzzle de dos piezas, ahora ya es otro el que encaja en el puzzle.... arder, arderé pero se vienen conmigo, porque son lo que he sido.
No entiendo, las llamas se alejan poco a poco de mí, como queriendo buscar otra hoguera donde alguna vida pasada quemar, no las entiendo, no me sale más que llorar. Una  lágrima kamikaze elegida al azar por el dedo incriminatorio, sale por casualidad. Valiente e insensata a partes iguales, recorre mi mejilla y se dispone a salta al vacío de las llamas, pero antes de coger impulso se esfuma, extrañado llamo a otra a esta misión suicida.. idéntico resultado, no entiendo nada, una sensación jamás experimentada cubre todo mi ser, había vivido la experiencia de beber una lágrima, pero jamás había experimentado respirar el vapor que dejan su rastro... si tragas una lágrima duele, respirarla cuando se esfuman, amarga. 
Ahora solo me queda trabajar duro en mi hoguera...Que impotencia, para cuando quiero mantener viva la llama, el recuerdo de mi ser lleno de amargura la va consumiendo poco a poco. Por qué nunca uno puede avivar la llama de su hoguera cuando quiera? podrá uno soñar con poder quemar lo que desee? 
Yo, simplemente quiero acurrucarme al abrazo de las llamas de mi Hoguera. El fuego lentamente se consume, mi alma con él. Qué curioso, ahora una horda de lágrimas fluyen de mis entrañas y saltan despiadadas sobre los rescoldos ensañándose sin control. De nuevo esa sensación, un vapor maldito se eleva ante mi, quiero evitarlo pero es imposible, me penetra y se funde con mi alma convirtiéndose en un solo ser, después de un tiempo prudencial caigo en la cuenta... mi hoguera viaja siempre en mi, por mucho que lo evite, mi destino es arder....