Sé perfectamente que las probabilidades de ser especial son, especialmente escasas. Sé perfectamente que llevo toda una vida esperando pacientemente la oportunidad que me merezco, más no llega, más espero. Esperar NO es malo si uno sabe cómo hacerlo, pero ahí está el dilema... Como se hace?. Yo tengo un truco, y es el de no esperar desesperando, me explico. Yo lo llevo haciendo toda mi vida desde ayer, y no desespero, una vez perdí la oportunidad, no estaba preparado, pero, jaja ja!! A mí el destino no me vuelve a pillar a pie cambiado, estoy preparado, si y mucho, ese es el truco, no despistarse. En esa ocasión iba yo en mi flamante Mazda biplaza por la carretera, descapotable, en pleno invierno, no, no os riáis, el estatus requiere de esfuerzos, ya habrá buen tiempo para sacar a pasear las mangas de camisa en la playa, en verano... El aire gélido moldeando mis tiesos cabellos erizados, el cielo encapotado marcando el devenir de la situación, te paras en un semáforo, éste se pone en rojo al los dos minutos, ahí sabes perfectamente que tus sueños están apunto de hacerse reales, es cuestión de esperar, esperar... Cambia a verde, y sabes que no debes arrancar, los coches que te siguen se empiezan a impacientar, pero tú te mantienes en tus trece, impertérrito, impasible, frío, y no por la climatología no. La llama que mantiene viva la esperanza no se consume, y arde, muy fuerte, más que nunca diría yo.... Un claxon inoportuno interrumpe la vanidad de tus pensamientos, pero no importa, la espera merecerá la pena, sabes que ella aparecerá en cualquier momento... Sonríes entre labios, giras el rostro hacia el sillón vacío preparado expresamente para la única pasajera que ha sido agraciada con poder viajar en él, ese viaje que está escrito desde que has nacido, el viaje de tu vida. Sacas la mano de la corta palanca del cambio de marchas, alisas el tapizado del sillón, el viaje cuanto más lo prepares mejor. De nuevo el claxon, ese descarado claxon invitándote a arrancar, pero no lo vas a permitir, sabes que si lo haces, todo se esfumará... un acto reflejo hace que lleves la vista perdida hacia el espejo retrovisor, fundes tus ojos desafiantes en él, el órdago solo es posible que te lo juegues tú. Con tres segundos basta para explicarle al anciano del coche de atrás, que aquí se hacen las cosas como tú quieres, años me ha costado el igualar la mirada de "Clean" Eastwood en la ya legendaria película de el bueno el feo y yo (nino nino no... Gua gua gua)... Vuelvo a mirar al horizonte, y espero medio segundo, parpadeo, y antes de que las pestañas se abracen, aparece....pero, no viene sola. No viene sola. el viaje de mi vida? Está claro que los atascos que provoco yo, duran más de lo que deberían de durar.